El Principito se sentó sobre una piedra y levantó sus ojos hacia el cielo:
"me pregunto - dijo - si las estrellas están escondidas a fin de que cada uno pueda encontrar la suya algún día."

miércoles, 3 de enero de 2018

Las ganas de llorar.

¿Viste cuando tenes esos días, malos,
no importa cómo lo mires?
¿Viste cuando estás tan enojado,
 que no sabes donde meterte?

Me pasa que cuando estoy así, no lo puedo sacar
sino que lo voy guardando hasta que tengo ganas de llorar.
Y odio llorar,
pero no lo odio por verme inferior ni nada de esos complejos,
estúpidos.

La última vez que lloré en mi casa mi vieja me dijo,
"Pero déjate de joder."
No sé por qué hay gente que se siente incómodo,
cuando a uno le llueven los ojos.

Y ahora, estoy acá sentada escribiendo esto.
Y ahora, siento nuevamente esas ganas,
esas ganas de llorar que uno tiene guardadas en el fondo.

Tal vez son lágrimas de felicidad,
tal vez de tranquilidad.
O de ingenuidad,
o por ahí de tanto aguantar.

Aguantar,
hasta querer reventar,
aguantar
hasta no poder más.

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