y es que hace tiempo no estoy

 mi mente divaga, 

es que hace tiempo no estoy en mí.

me veo caminando, me veo pensando,

pero no estoy en mí. 

es como verme a través de una ventana

pero sé que no soy yo la que está ahí.

es que creamos una máscara para poder sobrevivir

para mostrarnos a los demás.

Pero sé que no soy yo, 

que yo no estoy ahí. 

y me pregunto si alguna vez

podré verme sin una ventana de por medio. 

si podré estar ahí y ser yo. 

Escribir, y publicar

Que vergüenza 

Cuando uno escribe,

es como que el alma se abre.

Se muestra tu esencia.

Como cuando mostras la lista de reproducción 

Con tus canciones favoritas

A ese que lo ve,

Le estás haciendo ver una parte de vos. 

Y qué vergüenza!

Pensar que alguien más puede conocer 

ESA parte que está escondida...

Bajo unos auriculares

O, en una lista 

Con un nombre raro.

O en un bloc de notas,

Que solo vos abrís...

Hasta qué otro lo ve,

Y qué vergüenza!

Pensar, que a alguien más 

Le pueda llegar a gustar 

cuando las palabras no salen.

Qué difícil escribir.

Hay momentos en los que uno siente ese impulso, y donde las palabras brotan del pensamiento.

Hay momentos donde uno le querría decir tantas cosas a otra persona... lo tiene ahí, en la punta de la lengua.            Listo para ser largado.           Pero ALGO nos hace no decirlo, no largarlo.

Y ahí estás vos, con tanto que decir pero sin poder hacerlo.

La nueva sociedad.

Qué lindo ver cómo ciertos contenidos de nuestra sociedad están cambiando.

Ver que las personas ya no tienen esa mente retrógrada, que hay nuevas formas de vivir.

Que lindo ver cómo todo cambia, y nada vuelve a ser lo que era.  Porque aunque haya gente que no lo quiera ver, nosotras no queremos volver ahí.

Vivir estando muerto

Sé en carne propia cuánto duele el fallecimiento de un ser querido.
Lo sé, porque también lo sentí.
Lo sé, porque todavía lo siento.

Pero de qué sirve el recuerdo cuando no te permite vivir.

A veces olvidamos que estamos rodeados de seres que nos desean el bien y hacen lo que sea para hacernos bien.
A veces olvidamos que además de ese recuerdo nos queda una vida por delante.
Una vida que nuestro amado ser, hubiese querido que vivamos.

¿Sino, para qué vivimos?

Mentes retrógradas.

Cortemos con tanta boludez. 

Queremos igualdad. 

Queremos igualdad de dignidad, de valor humano.

Las ganas de llorar.

¿Viste cuando tenes esos días, malos,
no importa cómo lo mires?
¿Viste cuando estás tan enojado,
 que no sabes donde meterte?

Me pasa que cuando estoy así, no lo puedo sacar
sino que lo voy guardando hasta que tengo ganas de llorar.
Y odio llorar,
pero no lo odio por verme inferior ni nada de esos complejos,
estúpidos.

La última vez que lloré en mi casa mi vieja me dijo,
"Pero déjate de joder."
No sé por qué hay gente que se siente incómodo,
cuando a uno le llueven los ojos.

Y ahora, estoy acá sentada escribiendo esto.
Y ahora, siento nuevamente esas ganas,
esas ganas de llorar que uno tiene guardadas en el fondo.

Tal vez son lágrimas de felicidad,
tal vez de tranquilidad.
O de ingenuidad,
o por ahí de tanto aguantar.

Aguantar,
hasta querer reventar,
aguantar
hasta no poder más.